Después de encabezar los festejos patrios, el presidente Enrique Peña Nieto viajó a la ciudad de los Cabos, Baja California Sur, para ver la magnitud del desastre dejado por el huracán “ Odile”, dando a conocer que 11 mil personas quedaron damnificadas al perder sus hogares. En conferencia de prensa, el primer mandatario de la nación afirmó a los afectados por la tormenta “que no están solos” y que el gobierno federal velará para que puedan reconstruir sus hogares, se reactive el turismo de la zona y se reponga lo perdido. Acompañado del gabinete de seguridad encabezado por el secretario de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, el ejecutivo federal también informó que hasta el momento ninguna persona pereció por el desastre, sin embargo, aceptó que las líneas de electricidad y agua potable sufrieron importantes daños. En relación con los damnificados, precisó que en su mayoría vivían en “zonas de riesgo” como lechos de ríos, por lo que la fuerza de la tormenta destrozó los inmuebles, en su mayoría hechos de piedras, palma o materiales poco seguros. “Los efectos dejados han sido expuestos, el desabasto de energía eléctrica, agua, se toman acciones para reinstalar el suministro, abastecimiento de víveres. He instruido para que atendamos el problema de tener viviendas en zonas irregulares y con alta vulnerabilidad, reubicación de estas viviendas”, indicó. Además reiteró que los elementos de la Fuerza Aérea Mexicana y de la Marina, a través de sus aeronaves, están desalojando a los 30 mil turistas varados que son enviados a los aeropuertos de Tijuana, México, Guadalajara y Mazatlán.