Opinión

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Ya empiezan a levantarse más voces para poner un alto a los actos vandálicos y que diversos sectores sean rehenes de grupos adoctrinados, que exigen prebendas a cambio de nada, sólo por el hecho de escudarse en siglas supuestamente de combatividad y defensa de los derechos, aunque el trasfondo sea otro ¡basta!

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La delegación Iztapalapa fue el botín político electoral más preciado durante las elecciones internas del PRD, luego de un procedimiento tortuoso ganó la candidatura Dione Anguiano, quien recibió severas acusaciones de corrupción por parte de su rival política Aleida Alavaez, quien también la acusó de tener cuentas pendientes con la justicia.

sinpunto

Invadir predios y solicitar su expropiación es una medida ilegal que ha permitido el Gobierno del Distrito Federal operar por conveniencia política y clientelar. Hay más de 300 casos registrados en las estadísticas de la Procuraduría capitalina y hasta ahora no se ha investigado ninguno aunque las leyes señalen la obligatoriedad de la autoridad de proteger a los particulares, lo que demuestra que el partido en el poder sigue cometiendo violaciones a la ley con tal de ganar créditos electorales. Construir vivienda donde esta prohibido es una actividad habitual en el Instituto de Vivienda ya que lo han convertido en un instrumento de cooptación política.

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Las “cortes” y sus placeres, su vida y recurrencia en la historia de la humanidad, las hacen ver como prácticas sociales comunes, naturales dentro del contexto de una sociedad moderna, en donde un grupo social determinado se reúne en torno de quienes ejercen el poder del gobierno. Así, en las monarquías, las cortes estaban formadas por “los nobles” de la época. Gente que era “agraciada” con una cartera pública ordenada por el monarca, se mudaban a palacio para poder servir a “Su Majestad” en las encomiendas que les confería. Así los encargados de las encomiendas del Estado, vivían en torno al monarca y a sus designios. Sus familias también interactuaban entre sí y todos, absolutamente, buscaban ser agraciados con el visto bueno del “jefe de la casa” o de su familia.