ABERRANTE SINRAZON
Los movimientos magisteriales disidentes han venido replicando lo que antaño era una de las estrategias más recurrentes de las izquierdas radicales: oponerse a todo lo que significara gobierno.
Información útil para la toma de decisiones
Los movimientos magisteriales disidentes han venido replicando lo que antaño era una de las estrategias más recurrentes de las izquierdas radicales: oponerse a todo lo que significara gobierno.
Muchas cosas se han dicho y escrito acerca del manejo de los recursos asignados a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, y para desgracia del dinero que aportan los capitalinos para sostener el aparato burocrático y los programas del Gobierno del Distrito Federal, la mayor parte son verdades rotundas. No hay manera de negar lo evidente. Es uno de los mayores fraudes que las huestes del perredismo han cometido a los ciudadanos. Lo que presuntamente nació como un proyecto de formación de cuadros de la izquierda rampante que abanderó Andrés Manuel López Obrador, se convirtió al paso del tiempo en el más cínico asalto a las arcas públicas de la Capital de la República.
Bien dicen que la verdad siempre sale a flote, de ahí que los especialistas siempre aconsejan esperar para realizar juicios de valor acerca de la efectividad o inutilidad de las políticas aplicadas por quienes encabezan las estructuras gubernamentales. Un ejemplo de ello es el desastre en materia financiera que dejó Humberto Moreira en Coahuila, circunstancia que lo ha enfrentado a su propio hermano Rubén, quien ha tenido que capotear el temporal originado por su apreciado hermano. El caso Tabasco es paradigmático ya que el prestigio del Químico Granier siempre fue referencia para todos los políticos por la pulcritud que mostró en el manejo de los recursos públicos, pero a su salida se descubrió la febril actividad de sus hijos por alcanzar riquezas de la forma más rápida aunque deleznable.
Muchas cosas raras pasan en este país el cual después de más de doscientos años no hemos terminado de construir. Hay muchos rubros que se nos han quedado en el camino como retos que no hemos sido capaces de superar, y algunos de ellos se refieren a la igualdad, a esa condición que pareciera quimérica para un pueblo donde las diferencias resultan abismales en la mayor parte de la población. México mantiene en la letra de sus principales ordenamientos preceptos que muchos se empeñan en destruir o al menos impedir que se realicen o se consoliden, y eso responde a que hay más adeptos para las diferencias que para las coincidencias.
EN NOMBRE DEL PUEBLO
“Pueblo” proviene de populus y hace referencia a tres conceptos: habitantes de una región, a la población de menor tamaño que una ciudad, y a la clase baja de una sociedad. De conformidad a la primera definición, el pueblo es el conjunto de los habitantes de una región, nación o país. Estas personas constituyen una comunidad porque comparten cuna cultura similar.
El extinto Comandante Hugo Chávez nunca tomó protesta de su nuevo mandato en Venezuela. Esa es una verdad indiscutible y por lo tanto Nicolás Maduro usurpó el poder como Presidente ya que nunca fue votado y la Constitución no prevé el carácter hereditario del Poder Ejecutivo. Mientras realizó su campaña por la Presidencia obligado por la disposición constitucional de que se realizaran elecciones un mes después del fallecimiento del Presidente en funciones, esas que nunca protesto Chávez, el señor Maduro usurpó ilegalmente la presidencia tomando decisiones al margen de la ley. Contra todo lo que se pensaba, Henrique Capriles obtuvo una votación histórica ante el decremento del oficialismo en la voluntad de los venezolanos.
El camino elegido por los liderazgos radicales que encabezan las facciones magisteriales aglutinadas en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha significado una grave equivocación. El ánimo de confrontación que han generado en muchas de las organizaciones de las comunidades con alto grado de marginación en la Costa Chica, la región de La Montaña y parte de la Tierra Caliente, ha sido manifiesto y aprovechado por quienes las encabezan para retar a las estructuras gubernamentales, al grado de advertir que de no ceder en sus pretensiones pasarán a otra forma de presión, que no tiene otro significado que el utilizamiento de las armas.