El idiota
No sé a quién se le haya ocurrido postular a un imbécil como Premio Nóbel de La Paz. Porque eso fue una ocurrencia y no un acto razonado. Es más, pienso que fue el propio sujetoide quien mandó a uno de sus esbirros a realizar la propuesta, porque de que tiene ocurrencias ni dudarlo, nada más hay que ver hasta dónde ha llegado en sus pretensiones de encabezar a la nación más poderosa del mundo y sus alrededores.