Mientras el gobierno federal ha emprendido acciones que tratan, a como dé lugar, revertir la imagen de que "el presidente Peña Nieto ha sido golpeado por las revelaciones de que su esposa y su ministro de finanzas han comprado casas de un conocido contratista del gobierno", como da cuenta el influyente "The New York Times", la soberbia de la clase política en

Al arrancar este año e iniciarse la lucha del poder por el poder mismo, para no quedarse nadie fuera del presupuesto y brincar de un puesto de elección popular a otro, tanto el gobierno del Distrito Federal como la Federación, dieron ya la orden de tirar dinero, a manos llenas, sin importar  planes y programas, sólo con el propósito de ganar en las 16 delegaciones de esta capital, 300 curules de mayoría en la Cámara de Diputados, 9 Gubernaturas, mil nueve alcaldías y más de 700 diputados de congresos locales. 

Los casos de Michoacán, Guerrero, Veracruz y otros varios estados más evidencian el alto grado de corrupción que se vive en la administración pública, entre los legisladores y en los partidos políticos.

Por desgracia el Distrito Federal no escapa a ese desprestigio.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, que pondrá, definitivamente en aprietos a las corrientes turísticas hacia el caribe mexicano (Cancún, principalmente), pone en el tablero de la polémica qué hacer en este ramo para la capital del país. 

Con el tiempo va uno aprendiendo a no medir el tiempo, sólo a asociar vivencias y una de ellas me remonta a la edad de 4 ó 5 años.

En el patio, para mí enorme en ese momento, del antiguo Hospital Juárez, recuerdo a mi madre vestida de enfermera

Según la Encuesta Nacional de Lectura 2012, sólo 4 de cada 10 personas en México leen. La misma encuesta indica que aunque los mexicanos leen poco, sorprendentemente gastan el doble en libros que en bebidas alcohólicas.