Opinión

sinpunto

En México ocurren cosas que en la mayor parte de las veces resultan difíciles de explicar, cuando no inexplicables. Algún día alguien señaló que somos un país "sui genéris" porque la realidad supera con mucho a la fantasía o a la imaginación, y creo que dio en el clavo porque lo que aquí pasa en ocasiones sobrepasa cualquier ejemplo que se pueda dar en el resto del mundo.

sinpunto

El Papa Francisco decidió darse una vuelta por este atribulado país que cuenta con una de las feligresías más fieles para el catolicismo, y con uno de los santuarios más visitados del mundo: La Villa de Guadalupe. Tan importante suceso mereció la atención y el gasto de las estructuras gubernativas del país, y la Ciudad de México desembolsó cerca de ochenta millones de pesos. Pero los que pagamos somos nosotros mientras el señor Miguel Ángel Mancera "hace caravana con sombrero ajeno" y sigue viento en popa con su campaña hacia la Presidencia de la Republica.

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Si algo me purga el alma es la capacidad que tienen algunos para hacer sus cochinadas y salir a decir que son el único remedio que puede salvar al país. No he conocido mayor carga de cinismo que la que ha presentado el Partido de la Revolución Democrática donde la gente los ha elegido como gobierno.

loblanco

El pasado lunes 8 de Febrero, Enrique Peña Nieto anunció lo que sería su siguiente ronda de cambios al interior de su gabinete, recordemos que en 2013 sustituyó al titular de la PROFECO, en 2014 tocó el turno a la Comisión Federal de Electricidad nombrar a un nuevo

SINGLADURA

Al concluir lo que sería la primera parte de su visita pastoral a México, que incluyó en la capital del país contenidos oficiales de impacto histórico como el acceso al Palacio Nacional, el Papa Francisco dejó ya una impronta notable en la vida mexicana, que sin embargo podría desaparecer en unos días más cuando –como canta Joan Manuel Serrat, “el sol nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó que cada uno es cada cual”.

sinpunto

En este país ocurren muchas cosas y otras tantas dejan de funcionar. Y no es que esas disfunciones sean producto de la casualidad, sino de nuestra incompetencia, o para decirlo mejor, de la incompetencia de nuestros conspicuos funcionarios que cada día están peor de lo que pensábamos. Y es que tampoco se trata de denostar sin razones válidas, simplemente es que si hacemos una lista de esas incompetencias a que me refiero, confluiríamos en que lo malo es infinitamente superior a lo poco bueno que hay en el país. Pero también hay que decir que este país tiene remedio si nosotros, quienes elegimos a los que gobiernan, tuviéramos un poco más de cuidado a la hora de tomar las decisiones mayoritarias, y ese es el principal indicativo que la solución está en nuestra democracia.