Opinión

Sin duda que el juego de ofrecer incrementos salariales sobre todo al mínimo, lo han tomado como bandera algunos políticos y servidores públicos, que tejen en el vacío, porque los que deciden este factor, ni siquiera están convocados a la mesa para una revisión de esta naturaleza ¡peloteo!

Ojalá dieran resultado por el bien de la ciudadanía capitalina, pero dudo mucho que las nuevas disposiciones anunciadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para abatir y/o contener al menos la alta contaminación que castiga a la capital mexicana, cumplan ese objetivo.

Los comicios electorales del pasado domingo cinco de junio, dejaron al descubierto muchas verdades que flotaban en el ambiente. Ciertamente existe un gran “malestar social” para con todo lo que implique “lo público” y “el gobierno”. Pese a la euforia y algarabía de unos y el apesadumbramiento y sorpresa de otros, esta elección deja al descubierto una realidad que los políticos de todas las fuerzas políticas han dejado de atender: la gente está cansada de todos los partidos y del gobierno en general, a quienes –insisto y reitero– ven distantes y ajenos a la realidad social del país.

Las elecciones del domingo, consolidaron el plus que ofrece el Senado para que sus integrantes sean gobernadores de su estado, como lo consiguieron seis legisladores.

Parecería un ejercicio aritmético obvio saber quién gana y quién pierde en estas elecciones cuyos resultados han sido sorpresivos para muchos. Pero hasta entre los que perdieron hay niveles, por ejemplo, la elección del Constituyente para la Ciudad de México estuvo desangelada, no levantó la convocatoria esperada y tiene a un solo perdedor que no logra salir de esa nube obscura –y de contaminación- que lo tiene atrapado desde hace meses, aunque hoy termine celebrando que la Ciudad vota por la “izquierda”. Desinflada y desfigurada resultó la afluencia de votación.