Roberto Borge, Bejarano y Carlos Joaquín, en la misma bolsa.
Quintana Roo es un paraíso. Para la prostitución, para las bandas clonadoras de tarjetas para la venta y consumo de drogas, la explotación sexual de infantes, para el tráfico de personas, para el lavado de dinero. Eso sí, no se nota para los visitantes, porque existe un caleidoscopio de lo turístico que