El inútil tránsito por la historia
Colocado en el centro de la narrativa, infiltrado en la retórica oficial, el odio cumple su función política: Configurar al "adversario", transformarlo en receptor de los estigmas, en eje del mal, en el enemigo a ultranza del bienestar y del logro, en el obstáculo a vencer, en el depositario unívoco de la perversidad y la