Entre el infierno y la desvergüenza
El cinismo y la corrupción se apoderaron de los panistas. No pretendo lanzar un epíteto que lastime a quienes son simplemente militantes, sino a los cínicos que se han quedo con los cargos de representación popular y que ahora se disputan el control del dinero público y los despojos que quedan de la otrora poderosa fuerza política que los llevo a la cúspide del poder. Siempre resulta difícil enfrentar la catarsis propia de quienes sufren una derrota que los lance del poder, pero pareciera que los herederos de Felipe Calderón Hinojosa pretenden disfrutarla saqueando las