Bien dicen por ahí; que la verdad siempre sale a flote, aunque a muchos no les guste. Y claro está que a quienes no les gusta que la verdad sea conocida es a aquellos que durante mucho tiempo se han dedicado a la malandroneria y ahora son potentados por haber participado en la formación y conformación del llamado Movimiento de Regeneración Nacional que le permitió a Andrés Manuel López Obrador alcanzar la Presidencia de la Republica, y que se han dedicado a destruir las instituciones que con mucho trabajo y tiempo se construyeron.

Bien dicen que el que mucho habla mucho se equivoca. Y por desgracia en la Presidencia de la Republica tenemos a un ejemplar que le encanta decir cosas y hacer señalamientos de los presuntos miembros del pasado reciente que ocuparon importantes cargos públicos sin tener la mínima idea de que se lleva “entre las patas” a muchos de los que ahora lo acompañan en su gestión al frente del país.

Sin lugar a dudas el Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador ha tenido muchas inconsistencias a la vez que un real asomo de lo que pudiera considerarse la preparación del camino para llegar al autoritarismo.

Algo grave, muy grave, pudiera ocurrir en la Cámara de Diputados, y qué pondría en riesgo a la democracia que nos hemos procurado los mexicanos, y nos conduciría indefectiblemente y sin remedio al autoritarismo del que tanto hemos disertado quienes conocemos el talante y las ambiciones de quien por ahora detenta la Presidencia de la Republica. Lo peor de todo, es que el ala radical del Movimiento de Regeneración Nacional mantiene presión sobre el coordinador Mario Delgado para caminar en ese sentido.

Un grupo de hombres de letras se atrevió a publicar un mensaje en un medio de comunicación impresa, y de inmediato reaccionaron las huestes morenistas para descalificarlos. Y ni que decir lo que ocurrió en las redes sociales donde el Presidente de la Republica

Pareciera que el título de esta colaboración pudiera haber salido de los galimatías verbales que se acostumbran en los barrios de rompe y rasga que todavía subsisten en la mayor parte de la Capital de la Republica, pero debo señalar con toda responsabilidad que es una forma de relatar lo que