Dicen por ahí que cuando se junta él hambre con las ganas de comer las cosas se ponen bastante difíciles, y no es que pretenda yo ser un ave de mal agüero, pero me parece que cuando la Ciudad de México necesita una cirugía mayor, siempre salen a flote los intereses de aquellos que nunca hacen nada, pero que tampoco están dispuestos a que los hagan los demás porque eso les resta los méritos que siempre están deseando que les otorguen, aunque nunca se han preocupado por intentar hacer las cosas ellos para que les colguemos su preciada medallita y los coloquemos en el pedestal que hemos dedicado a nuestros más conspicuos representantes populares, o a los héroes del progreso y el orden.