Sin lugar a dudas vivimos tiempos difíciles para una sociedad que pasmada observa como algunos grupos organizados buscan provocar caos en algunas regiones del país, porque la finalidad es combatir de forma permanente a las estructuras gubernativas de los tres órdenes de gobierno. Su militancia partidista esta muy bien documentada y los servicios de inteligencia del Estado Mexicano conocen a la perfección la identidad de quienes planean, ordenan y ejecutan los actos provocadores, y que subvierten el orden público. Pese a ello hasta ahora las autoridades de procuración de justicia permanecen en la inamovilidad total porque en tanto no exista una instrucción precisa de quienes detentan el ejecutivo, seguirán siendo simples observadores. Para decirlo de otra forma, los gobiernos estatales se han convertido en timoratos, y lo peor es que parece que el Gobierno Federal camina en el mismo sentido.