Sin Punto y Coma (Vladimir Galeana Solórzano)
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Sin lugar a dudas la muerte del Mandatario Venezolano Hugo Chávez ha metido en un problema de sobrevivencia a las izquierdas del Continente. Por mucho que Nicolás Maduro mantenga el control sobre el Poder Ejecutivo venezolano, no tardará mucho en presentarse la crisis del poder producto de las ambiciones de quienes acompañaron a Chávez en su ejercicio gubernamental. El despliegue de militares y policías para resguardar el orden y evitar posibles brotes de insurgencia no se hizo esperar, lo que indica que el mismo régimen sabe que su posición resulta endeble ante la sentencia lapidaria de Estados Unidos vertida hace unos días en el sentido de citar a elecciones de inmediato, porque seguramente sabía la enfermedad terminal de Chávez, y también habrá preparado sus misiles para evitar la continuidad del mismo grupo en el poder.
 
Maduro no tiene ni la fortaleza ni la osadía de Chávez para enfrentar y confrontar al país más poderoso del mundo y del hemisferio, además de que la crisis ante la falta del líder se profundizará como ocurre en cualquier latitud ante las pasiones y las ambiciones de los hombres del grupo en el poder. Resultará muy difícil, por mucho que Chávez haya nombrado a Maduro como el sucesor, mantener la cohesión entre la clase política, y lo previsible es que tanto el Presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, como el Jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional, Henry Rangel Silva, pretendan continuar encabezando la Revolución Bolivariana, el mayor legado del finado Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
 
Si algo le dio la oportunidad de reproducir el ensayo socialista de la “Revolución Bolivariana” fueron los yacimientos petroleros de la Cuenca del Orinoco, que le ministró dólares en suficiencia para comprar las conciencias de los líderes de la mayor parte de las izquierdas del Continente, incluso alguna vez publiqué en la Revista Cambio las cuentas y los titulares del tránsito del dinero proveído por Hugo Chávez al entonces perredista Andrés Manuel López Obrador. Sin lugar a dudas la riqueza petrolera venezolana fue la mejor arma de Chávez para relacionarse con los regímenes totalitarios del mundo y confrontar a Estados Unidos.
 
Resultará difícil para Cuba y los Castro mantenerse en el poder sin la ayuda de Hugo Chávez que alcanzaba cinco mil millones de dólares por año, más el salario de cerca de 46 mil maestros y médicos cubanos que operan en Venezuela, que ascendía a otros cinco mil millones de dólares. Lo mismo ocurrirá con Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Cristina Kirchner de Argentina que por cierto enfrenta una severa crisis económica, Daniel Ortega en Nicaragua, y los partidos políticos que operan a lo largo y ancho del Continente. La muerte de Hugo Chávez debilita a las expresiones de la izquierda en el Continente, aunque muchos pretendan negarlo. La transición será difícil y puede tornarse violenta. Ojalá no por el bien de los venezolanos, quienes poco importan a los políticos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.


 

 
Pareciera que los principales dirigentes del Partido Acción Nacional no terminan la catarsis de la derrota que les propinaron los mexicanos en la elección presidencial del 2012. La herida sigue abierta, pero el problema es que la están abordando solamente entre la clase cupular sin otorgarle a la militancia la posibilidad de que analice y opine acerca de lo que verdaderamente propició la debacle, y el alejamiento de quienes les otorgaron las victorias presidenciales del 2000 y el 2006. Las diferencias con Vicente Fox es la principal muestra de que le siguen negando el mérito de haber logrado interrumpir la hegemonía que los tricolores mantuvieron durante setenta años, y ese es el principal indicio de que por ahora la lucha es por el control del partido y no por el reencuentro con sus bases.
 
Me parece que los panistas no han hecho un análisis a profundidad de lo que pasó y el origen del rechazo de los ciudadanos en esos doce años que detentaron el Poder Ejecutivo. Hegel señalaba que los grandes acontecimientos aparecen dos veces, una como tragedia y otra como farsa. La tragedia del panismo es que nunca entendió que las elecciones las ganan los partidos por el apoyo de los ciudadanos, y que el gobierno se ejerce para todos y no solamente para los correligionarios. Eso es lo que no han aprendido las oposiciones, porque en cuanto llegan a las estructuras administrativas les da por acentuar ese clientelismo que tanto criticaron de los tricolores, y pretenden mantenerlo a base de dádivas que en la mayor parte de las veces se queda en las manos de los liderazgos.
 
La farsa es que Gustavo Madero Muñoz sigue vertiendo justificaciones del empequeñecimiento partidista, pero busca el origen en las acciones de gobierno porque es la forma más fácil de adjudicar las culpas, lo que no es más que un posicionamiento político, pero ¿Qué tanta culpa tiene él como dirigente? Porque hasta ahora no ha dado muestras de querer hacer un ejercicio de autocrítica para visualizar cuales fueron las fallas que detonaron la derrota, y por qué fueron rechazados incluso por su propia militancia. Las alianzas que todavía pretende seguir manteniendo el señor Madero son el principal elemento de crítica de la militancia por la traición que significó a los documentos básicos y a la doctrina que tanto defendieron durante sesenta años de oposición.
 
Por mucho que Madero señale que el blanquiazul “se desdibujó como institución y se contaminó de todo aquello que siempre criticaron y que propició una triste alienación de su identidad”, la explicación la tendrá que encontrar en lo que piensan los militantes que se fueron y no en términos alienígenas. Hasta ahora no existe seriedad para asumir el reto de la reconstrucción porque lo que sigue importando son las posiciones partidistas y de representación popular. De mantener el mismo camino perderán lo poco que les queda. Madero tiene culpas que no quiere asumir. Al This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
 

Antaño se acostumbraba realizar borrón y cuenta nueva cada vez que iniciaba un sexenio porque los Mandatarios provenían de un mismo partido. Las deudas del