LA CRISIS DE LAS OPOSICIONES
Un sistema de partidos que se precie de su fortaleza es aquel cuyas expresiones políticas se han consolidado al través del tiempo y mantienen su oferta de acuerdo a las circunstancias y al perfil de sus electores. Por eso los regímenes del norte de Europa se han distinguido por la madurez de sus dirigencias, la experiencia de sus cuadros y la educación cívica de los votantes. Para desgracia México no está ni siquiera cercano a esos parámetros, porque aun cuando nuestro sistema de partidos se ha ido perfeccionando al paso del tiempo, los electores no han adquirido la mayoría de edad puesto que siguen siendo rehenes de prácticas clientelares y populistas, lo que habla de su escasa formación e información.