De ricos y pobres
México se ha caracterizado a lo largo de su historia por parecerse más a una fabrica de pobres que a un país que aspira a colocar en la mesa de los hechos a la justicia social. No pretendo con ello afirmar que el proyecto de nación como se concibió al inicio de nuestra vida independiente haya fracasado, pero tengo muy claro que hemos hecho de todo con tal de lograrlo. Parece que la mitad de la población de este país no tiene fortuna, o para decirlo mejor, son desafortunados. La otra mitad cuenta con dinero en suficiencia para irla pasando de mejor manera que esos hombres y mujeres que hemos mantenido en la postración durante tantos años, y que pese a dos grandes movimientos armados los seguimos condenando a la misma circunstancia.