Nuestros ricos asambleístas
Sin lugar a dudas el sistema parlamentario en México tiene mucho de honorarios y poco de honorable. Todo el tiempo nos enteramos de los beneficios que reciben nuestros congresistas por hacer tan cuidadoso y a la vez tan patriótico trabajo en favor de sus representados. Justo es que reciban una buena cantidad mensual como pago por su entrega, disposición y profesionalismo. El problema es que la voracidad forma parte de la condición humana.