Desde las entrañas del país
*Yo no quería*. Damián Gutiérrez, a sus 35 años, era un hombre como cualquier otro en una gran ciudad, casado, con dos hijos pequeños, trabajador, responsable y entregado a su familia y a su trabajo, el cual desempeñaba como jefe de una maquina troqueladora en una empresa que se dedicaba a la fabricación de piezas automotrices.