El estercolero
Vaya con el estercolero que está construyendo el Presidente de la Republica Andrés Manuel López Obrador, quien sigue manteniendo en la parte central de su discurso el combate contra de la corrupción.
Información útil para la toma de decisiones
Vaya con el estercolero que está construyendo el Presidente de la Republica Andrés Manuel López Obrador, quien sigue manteniendo en la parte central de su discurso el combate contra de la corrupción.
Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador es un consumado maestro en eso de desviar la atención del gran público de los principales problemas del país. Hasta ahora México está a la deriva en materia económica, y antes que intentar estrategias contracíclicas que aminoren el costo político económico de la pandemia del coronavirus y los saldos del decrecimiento del 18.9 previsto por los especialistas, se mantiene llevando la atención del gran público hacia otro tipo de eventos para evitar que su imagen se siga deteriorando a causa de la manifiesta ineficiencia gubernamental que encabeza.
Hay que decirlo con todas sus letras. Hasta ahora la mayor tarea que se ha echado a cuestas Andrés Manuel López Obrador es tratar de explicar qué pasa con la economía mexicana. Y es que hasta antes de que iniciara la pandemia del Coronavirus las cosas no le Iban bien en la materia, lo que habla de su falta de preparación o entendimiento para mantener el fenómeno monetario bajo el control del Estado.
Dicen los especialistas que la demencia no es una enfermedad específica, sino un grupo de trastornos caracterizados por el deterioro de, al menos, dos funciones cerebrales como la memoria y la razón.
Las contiendas ideológicas en este país han tenido resultados inexplicables en los últimos años desde que el escenario político se dividió en dos partes.
No se trata de intrigar, y mucho menos de pretender lanzar acusaciones vanas, por el contrario, los hechos indican que pese a todo el esfuerzo de muchos años por contener la violencia causada por el tráfico de estupefacientes, hasta ahora los cárteles gozan de cabal salud y particular afecto de quién presuntamente debiera encabezar los esfuerzos para su erradicación.