¿Como en Dinamarca?
Cuando un gobernante dice estupideces, corre el peligro de que sus gobernados le crean, pero cuando un pueblo cree todo lo que el gobernante les dice, es que ha comenzado a entrar en un grado de estupidez colectiva que sin lugar a dudas los llevara al fracaso como sociedad. Y esa peculiaridad les obligará a seguir aplaudiendo como si se festejará el triunfo de no sé qué, aunque no tengan para mal comer. Pero el problema también es de quienes lo escuchan