Sin Punto y Coma (Vladimir Galeana Solórzano)
Colors: Red Color

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El PRIDF no ha terminado de solucionar sus problemas internos, que son muchos y variados. Y no es que sean muy difíciles, el problema es que no existe voluntad para hacer las cosas dentro de los márgenes de la legalidad. Para decirlo de otra forma, a los tricolores les resulta muy incomodo tratar

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Miguel Ángel Mancera tiene muchos problemas que atender todos los días. También los tuvo cuando fue Procurador, pero ahora tiene uno mayúsculo que puede dar al traste con su pretendida candidatura a la Presidencia de la República. Resulta que en uno de sus excesos a causa de sus ansias de notoriedad exhibió en cadena nacional a Miguel Ángel Herrera como responsable del homicidio de un científico francés.

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Uno de los elementos esenciales del crimen organizado es que existe para hacer dinero. Es en esencia una empresa económica según señalan los especialistas. No tiene ideología ni principios, y una de sus principales características es su capacidad para utilizar la violencia y la amenaza para facilitar sus actividades criminales.

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Pareciera que el tiempo se termina para el Presidente Enrique Peña Nieto si es que todavía quiere luchar por los ideales que lo llevaron a la Primera Magistratura, y tratar de definir ese país que describió y que tantas esperanzas nos hizo albergar a la mayor parte de los mexicanos.

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El Gobierno Federal comienza a mostrar sus carencias o el agotamiento de la dinámica con que iniciara el sexenio. Sin lugar a dudas nunca un Presidente de la República ha pido sorprender de la forma en que lo hiciera Enrique Peña Nieto, al unir las piezas del rompecabezas ideológico del país y salir con un acuerdo consensuado para transitar a la nación hacia el mismo rumbo, en la misma dirección, y con la colaboración de todos.

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Sin lugar a dudas la elección del domingo venidero se significará como el antes y el después de la democracia mexicana. Y no es que trate yo de hacer predicciones, y lo único que hago es observar la marcha de los acontecimientos en nuestra lamentable realidad. Sin pretender asumirme como fatalista, llevamos ocho meses estacionados en Ayotzinapa y no se avizora el día en que podamos deshacernos de ese fardo en que se nos convirtieron los 43 muertos de la noche fatídica de Iguala, que en realidad fueron 46, pero que poco importa a quienes mantienen viva la flama de la inconformidad para romper cualquier intento de Enrique Peña Nieto por recomponer la marcha hacia el futuro que prometiera en su campaña a la Presidencia de la República.