Dicen por ahí que cuando alguien se empecina en algo es porque se montó en su burro. Sin lugar a dudas la sabiduría popular es la muestra de las experiencias acumuladas durante siglos en torno al comportamiento de los seres y su condición humana. Los gobernantes tienen mucho de eso, porque pareciera que ante la carencia de definiciones en la letra de la ley les da por inventar, o por determinar de acuerdo a su muy particular forma de entender las cosas. Por eso las decisiones son disímbolas por todos lados del país, e incluso en los mismos lugares cambian de un momento a otro cuando unos proponen, otros disponen, los demás recomponen, y los que terminan haciéndolo lo echan a perder y vuelta a comenzar con el mismo problema.