Indiscutiblemente Andres Manuel López Obrador no ha sido un buen Presidente de la República en los dos primeros años de ejercicio gubernamental. Y no se trata de desgastar aún

Sin lugar a dudas la pandemia del coronavirus sigue causando estragos en la mayor parte de la población vulnerable de este país, pero a la vez asoma su rostro entre los poderosos. Por principio de cuentas resulta que el hombre más rico del país ha contraído el virus más letal de cuantos se han presentado en la historia de la humanidad. Carlos Slim anuncia que padece de la infección que hasta ahora lleva provocadas innumerables

Dícese de la perfidia que es la deslealtad o la maldad extrema, y tiene muchos otros sinónimos que se pueden traducir en traición, infidelidad, alevosía, tiranía, felonía, falsía, insidia, perversidad, e iniquidad.

Los números son escalofriantes, y ante la eventualidad del incremento de muertes por el coronavirus más ligeros se vuelven los comentarios del Presidente de la República Andres Manuel López Obrador. Poco le importa que se mueran mexicanos de todas las latitudes, al fin que seguirá habiendo muchos a los que podrá seguir engañando con sus peroratas mañaneras acusando de todo los males a los del pasado que hasta ahora,

Cuando un mexicano se topa con alguien que no tiene escrúpulos y es de una bajeza tal, generalmente le dice; ¡Qué poca madre tienes! Sin embargo, qué le diría usted, amable lector, al señor Presidente después de conocer los hechos en torno a las vacunas y la mendicidad con la que se ha tratado a los mexicanos por parte del actual gobierno de 4ta, quizás no le guste el título de esta colaboración, pero, es lo único que puedo colocar para

Resulta muy difícil concebir la maldad hecha gobierno. La forma en que ha venido actuando el Presidente de la República, Andres Manuel López Obrador, en el manejo de la pandemia, habla de una mendicidad propia de un hombre que sigue acumulando infinidad de odios y rencores, aunque los mexicanos lo hayan llevado a la Presidencia de la República pensando que era la hora de cambiar por tantas promesas que vertió durante muchos